domingo, 27 de septiembre de 2009

Concepción de ideas

Por supuesto que no sentimos de corazón ni con el corazón. La pasión siempre estuvo en el estómago. La verdad siempre será manifestada desde el epicentro de tu carnoso cuerpo; todos los recuerdos, los referentes de una realidad que había sido construida por tí como si recogiéses frutos en una jornada de trabajo: palpando la cáscara áspera, blanduzca o firme; discriminando, sí, en esa jornada de trabajo que finalmente es la vida. No, no: En esa jornada de trabajo que estructuralmente es la vida.

De pronto te encuentras verbigracia con esa foto incómoda, o algún papelito repulsivo que provoca náusea, y es tan estúpido por irrelevante, por que no es sublime como la muerte del amante. No es oscuro y no es sublime (ya dije) pero es para el individuo como un bonito desencuentro de ideas preconcebidas que luego entonces conciben una nueva idea, pero como un parto que siempre es laborioso, "vale la pena".