Yo creo en mujeres hostiles y tiernas
he querido a pseudomorenas con cadencia visceral
intelectual; o de esas siluetas curveadas, tan dulces
o tan forzadas que sueñan con noches de pan.
Nunca fuí hombre pero si siendo mujer no entiendo a mis congéneres
cómo entonces,
como entonces: cuando caminaban
les preocupaba el sudor de la otra,
las rodillas, las rodillas no estaban parejas
apenas el cabello de alguna se derramaba
por sus pechos y el de otra alomejor estaba sereno
y amarrado como su temple o el de la otra
enterraba a su propio cuello y hacía raíces dentro de una blusa negra.
agora se enojan se visten se duermen se piensan
pero no lo dicen las unas a las otras, no se encuentran
las caras las narices imperfectas las bocas torcidas
no se encuentran en el tiempo y sólo comparten Silencio.
he querido a pseudomorenas con cadencia visceral
intelectual; o de esas siluetas curveadas, tan dulces
o tan forzadas que sueñan con noches de pan.
Nunca fuí hombre pero si siendo mujer no entiendo a mis congéneres
cómo entonces,
como entonces: cuando caminaban
les preocupaba el sudor de la otra,
las rodillas, las rodillas no estaban parejas
apenas el cabello de alguna se derramaba
por sus pechos y el de otra alomejor estaba sereno
y amarrado como su temple o el de la otra
enterraba a su propio cuello y hacía raíces dentro de una blusa negra.
agora se enojan se visten se duermen se piensan
pero no lo dicen las unas a las otras, no se encuentran
las caras las narices imperfectas las bocas torcidas
no se encuentran en el tiempo y sólo comparten Silencio.
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