lunes, 30 de junio de 2008


I

Toda la noche se contempló a sí misma, inmaculada. Desde niña, había tardes donde se paseaba invisible por la casa. Hubo una tarde memorable, hace años; se sentó en algún bulto de ropa sucia en el pasillo central de su casa, acompañó a las seis de la tarde; asistiendo a cada minuto que refería el reloj digital pseudo moderno de los noventas.

La noche pasada todavía no supo si Todos somos como fantasmas cuando estamos solos, pero entornó los ojos grandes que le miran en el espejo. Su piel aclarada con el baño de luz de la ventana contigua concedió el paso a una belleza desmesurable. Si es hermosa o no en la cotidianeidad, no era una cuestión relevante en momentos como ese. Fue un instante de la madrugada, cuando la soledad y el espejo y las sombras de sus rasgos se fundieron en una tónica de divinidad que a ella misma dejó perpleja. No se sabe qué mas hizo esa noche. Durmió toda la mañana del día siguiente.

1 comentario:

Gabo dijo...

Doy todas las clases.. en partes y resumidas, es para gente de la empresa para la que estoy trabajando y así hagan el ceneval en octubre, y si caro, ellos ya saben que su profesor pierde el control los fines..jajaja.. me dicen cosas como: bien heladas ahora en la noche no?? y yo puedo hacerme el serio diciendo: he-he "U_U, continuemos con el objeto directo muchachos"
jajaja

sale caro, me voy porque ya es tarde :*